El misterio de la habitación de ámbar

La Sala de Ámbar fue la creación artística en ámbar más bella y elaborada que el mundo haya conocido jamás. Toda esta sala construida con piezas de ámbar especialmente seleccionadas había sido encargada por el rey alemán Federico I en 1701, innumerables artesanos tardaron casi diez años en construirla y finalmente se instaló en el Palacio Principal de Berlín.

En 1716, Federico Guillermo I, hijo y sucesor de Federico I, firmó la alianza ruso-prusiana con el zar Pedro I. Para conmemorar esta ocasión, Federico obsequió al zar con el Salón de Ámbar. Luego se instaló en el antiguo Palacio de Invierno de San Petersburgo, pero en 1755 se trasladó al Palacio de Catalina en Zarskoje Selo (ahora Pushkin). Durante la Segunda Guerra Mundial, el avance alemán sobre Leningrado fue tan rápido que los rusos no tuvieron tiempo de eliminar u ocultar la sala de ámbar. Aunque los alemanes nunca llegaron a Leningrado, cuyos habitantes se defendieron valientemente, sí llegaron a Pushkin y allí encontraron los tesoros de ámbar. Así como muchas obras de arte finas fueron confiscadas por las tropas que avanzaban, la Sala de Ámbar estaba destinada a cambiar de manos nuevamente.

Toda la habitación fue desmantelada y embalada en cajas, esperando su envío a Königsberg. Las cajas se cargaron a bordo del barco alemán Wilhelm Gustloff, que salió del puerto de Leningrado por la noche. Pero antes de que pudiera llegar a Alemania, el barco fue torpedeado y hundido por un submarino ruso. Así, la Sala de Ámbar se instaló en el fondo del Mar Báltico en tierra de nadie. Por supuesto, no se podía hacer nada al respecto hasta que terminara la guerra. Varios meses después, un grupo de buzos rusos encontró el barco hundido y lanzó una gran expedición submarina para recuperar la Cámara de Ámbar. Cuando finalmente entraron en el bote, descubrieron que se había cortado un gran agujero en el casco y que todas las cajas que contenían la habitación de ámbar habían desaparecido.

Hasta el día de hoy, nadie sabe qué pasó con el Cuarto de Ámbar o dónde está ahora…

La búsqueda de la vida en ámbar, 1994, George y Roberta Poinar.